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Ley Glass-Steagall: ¿Su Derogación Causó La Crisis Financiera?

La Ley Glass-Steagall, la legislación de la era de la Depresión, ha tenido un curso controversial y poco convencional. 80 años después de su creación, ha vuelto al discurso público. Este artículo examina el contexto histórico de la Ley, su erosión y su derogación, así como su impacto en la crisis financiera.


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La Ley Glass-Steagall, la legislación de la era de la Depresión, ha tenido un curso controversial y poco convencional. 80 años después de su creación, ha vuelto al discurso público. Este artículo examina el contexto histórico de la Ley, su erosión y su derogación, así como su impacto en la crisis financiera.


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Melissa Lin

Melissa Lin

Finance Editor

Melissa has worked in ECM, tech startups, and management consulting, advising Fortune 500 companies across multiple sectors.

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Factores Resaltantes

  • La Ley Glass-Steagall de 1933 estableció una separación entre las actividades comerciales y de banca de inversión. Antes de su implementación, J.P. Morgan & Co. operaba en actividades de banca comercial y valores. Posteriormente, se dividió en dos partes; banco de inversión Morgan Stanley y el banco comercial JPMorgan.
  • Después de décadas de erosión, dos disposiciones de la Ley fueron derogadas en 1999 por la Ley Gramm-Leach-Bliley bajo la administración del entonces Presidente Clinton. Esto permitió a la banca universal estar bajo una sola estructura.
  • Dos disposiciones restantes aún están intactas hoy en día: Éstas limitan a las empresas de gestión de inversiones como Bridgewater Associates a solo ofrecer cuentas corrientes y prohíben a los bancos comerciales, como Wells Fargo, hacer negocios en valores de riesgo como por ejemplo contratos relacionados al ganado.
  • La derogación dio lugar a un período de mega-fusiones. Los nuevos seis bancos de mayor importancia aumentaron sus activos del 20% del PIB en 1997, a más del 60% del PIB en 2008.
  • El porcentaje de prestatarios que incumplieron sus hipotecas casi se duplicó de 2006 a finales de 2007, en gran parte debido a los estándares de préstamos imprudentes.
  • El debate se ha centrado en torno a si la ausencia de Glass-Steagall llevó a una disminución en los estándares de suscripción. Un estudio dio como resultado que los valores emitidos a través de bancos universales, tenían "una tasa de incumplimiento significativamente mayor" en comparación con los emitidos por las compañías de inversión.
  • Citigroup eventualmente requirió el mayor rescate financiero de la historia, por un monto de 476.2 billones de dólares por parte del gobierno y los contribuyentes, dando así credibilidad a la afirmación de que la ausencia de Glass-Steagall causó la crisis financiera.
  • Sin embargo, la mayoría de las instituciones demasiado grandes para fallar eran en realidad bancos de inversión o compañías de seguros puras, no bancos universales (por ejemplo, Lehman Brothers, Bear Stearns, Merrill Lynch, AIG).
  • Irónicamente, la derogación de Glass-Steagall permitió el rescate de algunas instituciones después de la crisis. Al igual que permitió a JPMorgan Chase rescatar a Bear Stearns y al Banco de América rescatar a Merrill Lynch.
  • Antes de llegar la crisis, las operaciones repo de bancas de sombra explotó, creciendo de 2 trillones de dólares en 1997 a 7 trillones en 2008. El crecimiento de las operaciones repo es indicativo del crecimiento global de la banca de sombra, cuyos pasivos superaron ampliamente a los del sector bancario tradicional en 2008.
  • ¿La ausencia de Glass Steagall permitió a los bancos comerciales impulsar el crecimiento del sector de banca de sombra?"Los bancos comerciales podrían haber hecho todas esas actividades en los años 60 o antes, incluso antes de que El Sistema de la Reserva Federal (Fed) y las decisiones de la corte de la Oficina del Contralor de la Moneda *OCC* comenzaran a aflojar las estructuras de Glass-Steagall"--Lawrence J. White, experto en regulación financiera en la Universidad de Nueva York
  • En general, si bien el consenso general es que la ausencia de Glass-Steagall no fue la causa principal de la crisis, la cultura subyacente de la excesiva toma de riesgos y las ganancias a corto plazo fue real. Según la Comisión de Investigación sobre la Crisis Financiera, </i>”los grandes bancos de inversión [...] concentraron sus actividades cada vez más en actividades comerciales arriesgadas que produjeron grandes ganancias [...] Como Icarus, nunca temieron volar cerca del sol."</i>

Introducción

En los últimos años, la Ley Glass-Steagall ha llegado a muchos titulares en las noticias. En 2013, la senadora demócrata Elizabeth Warren y el senador republicano John McCain se unieron y propusieron su Ley Glass-Steagall del Siglo XXI. Durante la campaña presidencial más reciente, se creó un acuerdo inesperado entre figuras políticas tan variadas como Donald Trump y Bernie Sanders. Desde ese momento, el entusiasmo por el tema ha mostrado pocas señales de disminución. En abril de este año, Gary Cohn, asesor del presidente, públicamente abogó por el resurgimiento de la legislación, y recientemente, a mediados de mayo, Warren y el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin se enfrentaron en el tema.

Entonces, ¿qué es exactamente la Ley Glass-Steagall y por qué tanta controversia?

La Ley Glass-Steagall fue aprobada bajo la presidencia de FDR (Franklin D. Roosevelt) como respuesta a la caída del mercado bursátil de 1929. Así, realizó un muro entre la banca comercial y la banca de inversión, sólo para ser parcialmente revocada en 1999. Aunque existe un consenso en torno a lo que se refiere a la Ley Glass-Steagall, hay un desacuerdo en torno a su influencia en los mercados financieros. En particular, el debate se ha centrado en los efectos de la derogación en la crisis financiera de 2008 y en si fue la causa principal de la crisis. Cabe destacar que sigue siendo relevante, a pesar de la introducción de una legislación reciente. En 2010, el gobierno de Obama promulgó la Ley Dodd-Frank en respuesta a la crisis financiera. Al igual que Glass-Steagall, Dodd-Frank intentó promover la estabilidad financiera y proteger al consumidor, pero ésta no restableció las disposiciones derogadas de Glass-Steagall.

La siguiente pieza examina el contexto histórico de la Ley Glass-Steagall, la erosión de su efectividad durante varias décadas y su derogación en 1999. Luego profundiza en un análisis de su impacto en la crisis financiera de 2008.

Contexto Histórico y Componentes de la Ley Glass-Steagall de 1933.

Después de la caída del mercado bursátil de 1929, la Comisión de Pecora fue la encargada de investigar sus causas. La Comisión identificó los problemas, entre ellos inversiones de valores de riesgo, las cuales pusieron en peligro los depósitos bancarios, préstamos poco estables hechos a las empresas en las que los bancos invirtieron y algunos conflictos de interés. Otros problemas tienen que ver con una confusión en la distinción entre las prácticas no aseguradas y aseguradas o una práctica abusiva de compras adjuntas de productos múltiples requeridas. El Congreso trató de abordar estos problemas con la Ley de Bancos de 1933 y otras leyes. A través de las secciones 16, 20, 21 y 32 de la Ley Bancaria de 1933, el Congreso ordenó una separación de los bancos comerciales y las empresas de valores. Las siguientes cuatro disposiciones son las que se han conocido comúnmente como la Ley Glass-Steagall:

  • De manera más simple, las secciones 20 y 32 prohíben las afiliaciones entre bancos comerciales y bancos de inversión
  • El artículo 21 estipula que los bancos de inversión no pueden recibir depósitos.
  • El artículo 16 prohíbe a los bancos comerciales invertir en acciones, los limitar a la compra y venta de valores como agente, y les prohíbe suscribir y negociar en valores. Sin embargo, ciertos valores están exentos de la Ley, denominados colectivamente como "valores elegibles para los bancos". Exploraremos por qué esto es relevante más adelante.

Los efectos de la Ley Glass-Steagall pueden ejemplificarse con un nombre familiar: Antes de la promulgación, J.P. Morgan & Co. operaba tanto en la banca comercial como en actividades de valores. Sin embargo, después, se dividió en dos firmas separadas: el banco de inversión, Morgan Stanley, y el banco comercial, JPMorgan.

Aunque los efectos de la Ley Glass-Steagall eran amplios, es igualmente importante señalar lo que la Ley Glass-Steagall_no_hizo. Más allá de limitar el_alcance_de las actividades de los bancos comerciales y de inversión, la Ley no tenía la intención de limitar el tamaño o el volumen de tales actividades. Por esto, volviendo al ejemplo de JP Morgan & Co., mientras que la Ley prohibía al banco realizar todas las mismas actividades dentro de una misma organización, no prohibía las mismas actividades (tipo y volumen) si se llevaban a cabo por separado a través de JPMorgan y Morgan Stanley.

La Ley Glass-Steagall de 1933 se Deteriora

A lo largo de varias décadas, la clara separación entre actividades comerciales y de inversión se deterioró gradualmente. Varios factores contribuyeron a este efecto, incluidas las fuerzas del mercado, los cambios estatutarios y la explotación de los vacíos legales reguladores.

En lo que se refiere a las fuerzas del mercado, las condiciones económicas como el aumento de la inflación en la década de 1960 y el aumento de las tasas de interés del mercado (Gráfica 1) durante la era Glass-Steagall causaron interrupciones. Todo esto significaba que los bancos comerciales luchaban para competir de manera efectiva, por lo que consumidores y clientes corporativos se acercaban cada vez más a los bancos de inversión para productos más lucrativos como fondos del mercado monetario y papel comercial. En la década de 1980, el número de instituciones de depósito fallidas y “problemáticas” en la lista de vigilancia de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos aumentó a nuevos niveles (Gráfica 2).

Gráfica 1: Tasa de Interés Federal Histórica de los Estados Unidos; Y Gráfica 2: Número de Fallas de Banca Comercial FDIC (Corporación Federal de Seguro de Depósitos), 1934-1995
Las dificultades financieras para los bancos comerciales llevaron a llamados a cambios regulatorios, lo que resultó en varias leyes siendo añadidas a la lista de la Sección 16 de “valores elegibles para los bancos” y les ayudó a competir de manera más eficaz. Entre 1983 y 1994, la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) aumentó ampliamente los derivados en el que los bancos podrían lidiar con esto. Además, otra medida legislativa importante—la Ley de Control de Bancas de 1956 (Ley BHC)—ordenaba, en general, que las compañías de Control de Banca (BHCs) no tenían autorización para poseer empresas dedicadas a actividades no bancarias. Sin embargo, crucialmente, la ley no permitía a estas compañías BHCs poseer otras compañías involucradas en actividades “relacionadas de manera cercana” a actividades bancarias. Este lenguaje tan vago dejo mucho a la interpretación. El Sistema de Reserva Federal (Fed) y los organismos de la OCC tuvieron la tarea de implementar, interpretar y hacer cumplir la legislación. Al interpretar las ambigüedades y las sutilezas de Glass-Steagall y de la Ley BHC, las agencias permitieron gradualmente un número en aumento de actividades. Similares a los productos y servicios de valores. Los tribunales superiores permitieron una interpretación amplia de la ley y declararon su interés en las interpretaciones del organismo, lo cual llevó a una mayor atenuación de las restricciones originalmente impuestas por la Ley Glass-Steagall.

Aparte de lo anterior, los vacíos legales también permitieron a las instituciones financieras evitar la separación entre la banca comercial y de inversión. Por ejemplo, la Sección 21 de la Ley Glass-Steagall fue explotada sin compasión. Como se mencionó anteriormente, la Sección 21 prohibía a los bancos de inversión recibir depósitos. Sin embargo, los “depósitos” se definieron estrechamente, lo que llevó a los bancos de inversión a emitir instrumentos de deuda a corto plazo que funcionaban, esencialmente, como el equivalente de depósitos pero eran técnicamente aceptables. Por lo tanto, aunque los bancos estaban en conformidad con la ley, violaron su intención.

Derogación de la Ley Glass-Steagall

A finales de los años noventa, la Ley Glass-Steagall se había vuelto, esencialmente, ineficaz. En noviembre de 1999, el entonces presidente Bill Clinton firmó la Ley Gramm-Leach-Bliley (GLBA). GLBA derogó los artículos 20 y 32 de la Ley Glass-Steagall, que prohibía la conexión de actividades comerciales y de inversión. La derogación parcial permitió que se diera una banca universal, la cual combina servicios de banca comercial y de inversión bajo un mismo techo.

Muchos expertos ven a GLBA como algo que “ratifica, en vez de revolucionar” dado que, simplemente, formalizó un cambio que ya estaba en curso. Sin embargo, GLBA dejó las secciones 16 y 21 intactas, las cuales todavía se encuentran vigentes. Éstas siguen teniendo efectos prácticos en la industria hoy en día. Por ejemplo, hacen difícil que empresas de gestión de inversiones como Bridgewater Associates ofrezcan cuentas corrientes y prohíben a los bancos comerciales como Wells Fargo negociar en valores riesgosos como contratos relacionados al ganado.

Figura 1: Disposiciones Originales de la Ley Glass-Steagall

Después de la derogación, el sector bancario de EE.UU. se embarcó en un período de mega-fusiones, creando gigantes como Citigroup y Banco de América. El alcance de esta consolidación se muestra gráficamente a continuación.

Figura 2: Actividad de M&A a través del tiempo

Después de este período, los seis mayores bancos aumentaron sus activos de aproximadamente el 20% del PIB en 1997 a más del 60% del PIB en 2008, como se muestra a continuación:

Gráfico 3: Los seis bancos más grandes: Valor total del activo como porcentaje del PIB

Debate Central: ¿La Ausencia de Glass-Steagall Causó la Crisis de 2008?

Después de la crisis financiera de 2008, se ha discutido mucho si la ausencia de las provisiones de Glass-Steagall causó la crisis. Dada la complejidad del tema en cuestión, una evaluación concluyente del problema está más allá del alcance de este artículo. Sin embargo, hemos resumido a continuación los temas de discusión principales, y lo que las dos principales escuelas de pensamiento creen apropiado para cada uno.

The Housing Bubble y Estándares de Préstamos Imprudentes

Entre 1998 y 2006, el mercado de la vivienda y los precios de éstas subieron a niveles nunca antes vistos. Como ya es conocido por muchos lectores, el choque posterior del mercado fue la causa principal de la Crisis Financiera. Un factor determinante del auge de la vivienda fue la utilización de estándares de préstamos imprudentes y el subsiguiente crecimiento de los préstamos hipotecarios subprime. La mayoría de estos préstamos se hicieron a los compradores de viviendas con factores que les impidieron calificar para un préstamo de primera calidad. Muchos préstamos subprime también incluían características complicadas, las cuales mantuvieron los pagos iniciales bajos pero sometieron a los prestatarios a riesgos si las tasas de interés subían o si los precios de la vivienda disminuían. Desafortunadamente, cuando los precios de la vivienda comenzaron a caer, muchos prestatarios notaron que debían más por sus casas de lo que valían.

Según la Comisión de Investigación sobre Crisis Financiera (FCIC), la cual llevó a cabo la investigación oficial del gobierno sobre la crisis, el porcentaje de prestatarios que incumplieron sus hipotecas meses después del préstamo casi se duplicó de 2006 a finales de 2007. Los informes de actividad sospechosa relacionados con el fraude hipotecario crecieron 20 veces entre 1996 y 2005, más del doble entre 2005 y 2009 (Gráfica 4). Las pérdidas de este fraude se han estimado en 112 billones de dólares.

Gráfico 4: Tendencia Anual de Archivado de Fraude de Préstamo Hipotecario*SAR*

¿La derogación de la Ley Glass-Steagall contribuyó al deterioro de los estándares de suscripción que alimentaron el boom inmobiliario y el eventual colapso? Predeciblemente, las opiniones están divididas.

Por un lado, los que creen que la ausencia de Glass-Steagall no causó la crisis destacan que el hecho de ofrecer hipotecas siempre ha sido un negocio principal de los bancos comerciales, por lo que el sistema bancario siempre ha estado expuesto a altas tasas de morosidad en las hipotecas residenciales. Glass-Steagall nunca tuvo la intención de abordar o regular los estándares de calificación de préstamos.

Además, mientras que la Ley Glass-Steagall limitaba las actividades de inversión de los bancos comerciales, no impidió a los no depositarios extender las hipotecas que compitieron con los bancos comerciales o vender estas hipotecas a los bancos de inversión. Tampoco impidió que los bancos de inversión aseguraran las hipotecas para luego venderlas a los inversores institucionales. Tampoco abordó los incentivos de las instituciones que originaron hipotecas o vendieron valores relacionados con hipotecas. Dado que no abordó directamente estos problemas, es poco probable que la Ley Glass-Steagall podría haber evitado la disminución de las normas de suscripción de hipotecas que llevaron al auge de la vivienda en los años 2000.

Por otro lado, aquellos que sostienen que la ausencia de Glass-Steagall causó la crisis creen que la disminución de los estándares de suscripción fue de hecho parcial o indirectamente causada por la ausencia de la Ley. Los lectores recordarán desde el principio del artículo que las disposiciones de Glass-Steagall trataron los conflictos de intereses y otros abusos potenciales de los bancos universales. Después de la derogación de Glass-Steagall, es factible que los bancos universales trataran de establecer una cuota de mercado inicial en el mercado de valores mediante la reducción de las normas de suscripción. Por otra parte, los bancos universales también podrían defenderse solos y favorecer sus propios intereses sobre los de sus clientes. Ambos incentivos podrían haber causado o haber exacerbado la disminución de las normas de suscripción.

Un estudio del Banco Central Europeo comparó las tasas de incumplimiento contenidas en los valores emitidos por las compañías de inversión a los valores emitidos a través de grandes bancos universales en los diez años posteriores a la derogación de Glass-Steagall. El estudio dio como resultado que los valores emitidos a través del canal universal de los bancos tenían “una tasa de incumplimiento significativamente mayor” que los emitidos a través de compañías de inversión puras. Aunque los autores no encontraron evidencia de auto suficiencia, encontraron evidencia de subestimación del riesgo de incumplimiento. Si bien estos resultados no son totalmente concluyentes, sí sugieren que la ausencia de Glass-Steagall podría haber empeorado los estándares de suscripción. Si Glass-Steagall hubiese estado en su lugar, estas instituciones bancarias universales no habrían sido creadas. Sin embargo, la regulación no habría impedido que nuevos participantes, que sólo invierten, también buscarán ganar cuota de mercado. Y como ya hemos mencionado, la Ley Glass-Steagall nunca abordó directamente las normas de calificación de préstamos ni impidió a los no depositantes extender, re-empaquetar y vender hipotecas. Por lo tanto, es poco probable que la Ley Glass-Steagall pudiera haber evitado la disminución de las normas de suscripción de hipotecas, pero su ausencia podría haber agravado la situación.

“Muy Grande para Fallar” y Riesgos Sistemáticos

El segundo tema importante de discusión relacionado con Glass-Steagall y la crisis financiera rodea el tema de “muy grande para fallar” y riesgos sistémicos. Cuando el fracaso de una institución podría dar lugar a riesgos sistémicos, en el que habría un daño contagioso y generalizado a las instituciones financieras, esto se consideraba muy grande para fallar (TBTF). Las instituciones TBTF son tan grandes, interconectadas e importantes que su fracaso sería desastroso para el sistema económico en general. En caso de que no sea así, los costos asociados son absorbidos por el gobierno y los contribuyentes.

La relevancia de TBTF para la crisis financiera fue esbozada por Ben Bernanke en un discurso de 2010, que se resume de la siguiente manera:

  1. Estas instituciones “tomarán más riesgos de lo anticipado,” ya que esperan recibir asistencia si su plan no va de acuerdo a lo planeado;
  2. Crea un campo de juego desigual entre grandes y pequeñas empresas, lo cual aumenta el riesgo y eleva la cuota de mercado de las empresas *TBTF* en detrimento de la estabilidad financiera; y
  3. Justo como sucedió durante la crisis, la falla cercana y total de la organizaciones *TBTF* afectó los mercados financieros, obstaculizó los flujos de crédito, provocó fuertes caídas en los precios de los activos y perjudicó la confianza de los consumidores.

Si aceptamos que el riesgo sistémico y las instituciones TBTF fueron los principales contribuyentes de la crisis de 2008, entonces el debate se refiere a si la ausencia de Glass-Steagall contribuyó a la creación de instituciones TBTF y sus efectos desastrosos. Después de todo, la derogación de Glass-Steagall en 1999 puso en marcha la ola de mega-fusiones que crearon grandes conglomerados financieros, muchos de los cuales caen firmemente dentro del campo TBTF. Los defensores de esta filosofía apuntan a la difícil situación de Citigroup. La ausencia de Glass-Steagall permitió a Citigroup (Citi) nacer mediante la fusión de Citibank y Travelers, una compañía de seguros. En años anteriores a la crisis, Citi hizo enormes apuestas propietarias y había adquirido una fuerte exposición a valores basados ​​en hipotecas subprime, convirtiéndose en el segundo mayor asegurador de dichos valores para el año 2006. A medida que la crisis de la vivienda sacudió los mercados, Citi fue golpeada duramente, requiriendo eventualmente el mayor rescate financiero de la historia, con la suma de 476.2 billones en financiamiento por parte del Programa Troubled Assets Relief y las billeteras de contribuyentes en pagos de impuestos.

Sin embargo, aparte de Citigroup, la mayoría de las otras instituciones afectadas por la crisis financiera no eran bancos comerciales. Como columnista financiero señala Andrew Sorkin, Bear Stearns y Lehman Brothers eran bancos de inversión enteramente, sin vínculos con la banca comercial. Merrill Lynch, otro banco de inversión que terminó siendo rescatado, tampoco fue afectado por Glass-Steagall. American International Group (AIG), una compañía de seguros, estaba al borde del fracaso pero estaba fuera del alcance de Glass-Steagall. En cuanto al Banco de América, sus principales problemas surgieron tras la adquisición de Countrywide Financial, un prestamista subprime que había hecho préstamos pobres—algo que se permitía bajo Glass-Steagall.

Irónicamente, la derogación de Glass-Steagall en realidad permitió el rescate de muchas grandes instituciones después de la crisis: Después de todo, JPMorgan Chase rescató a Bear Stearns y el Banco de América rescató a Merrill Lynch, lo cual habría sido inadmisible antes de la derogación de 1999. Ambos ya estaban involucrados en la banca comercial y de inversión cuando rescataron a los dos bancos de inversión fallida. En consecuencia, las pruebas no parecen apoyar la opinión de que la ausencia de Glass-Steagall fue la causa de la crisis financiera.

La Banca en la Sombra y la Turbulencia del Mercado de Valores

Otro tema relacionado con Glass-Steagall y la crisis financiera gira en torno al surgimiento de la banca en la sombra, que muchos creen que fue la causa principal de la crisis. De acuerdo con Ben Bernanke, la banca alternativa suele implicar a intermediarios financieros, quienes desempeñan funciones bancarias pero que operan aparte del sistema tradicional de instituciones de depósito regulado. Estas actividades generan liquidez a través de los mercados de capitales y no están aseguradas por la FDIC.

Gráfica 5: Banca en la Sombra vs. Deudas de Banca Tradicional

Ejemplos prácticos de qué tipo de instituciones y actividades operaban en el sector de banca en la sombra son variados. Examinemos el mercado de los acuerdos de recompra (el mercado repo), un mercado de préstamos garantizados a corto plazo. El mercado repo funciona de la siguiente manera: Los depositantes (inversores institucionales y grandes corporaciones) necesitan un lugar para estacionar fondos líquidos que paguen una tasa de interés más alta de la ofrecida por los bancos comerciales. Los banqueros (bancos de inversión y empresas de corretaje) están dispuestos a proporcionar un producto de este tipo en forma de transacciones de repo. A cambio, el prestamista recibe garantías seguras y líquidas, de modo que si el prestatario no puede devolver los fondos, el prestamista simplemente se apoderará de la garantía.

En los años anteriores a la crisis, el mercado de repo explotó, pasando de 2 billones de dólares en 1997 a 7 billones en 2008. Por lo tanto, la demanda de garantías seguras para estos acuerdos de repo creció también. Los títulos respaldados por hipotecas, un producto financiero innovador, ayudaron a satisfacer esta demanda de garantías. Los bancos comerciales hacen préstamos a los consumidores y las empresas, pero en lugar de mantenerlos en sus balances, pueden venderlos a una compañía fantasma. Las compañías fantasma financian la adquisición de estos activos mediante la emisión de valores respaldados por activos (ABS) como los valores respaldados por hipotecas que se convierten en los pasivos de las compañías fantasma y se venden a los inversores en los mercados de capitales.

El ejemplo del mercado de repo es relevante por varias razones. En primer lugar, el crecimiento del mercado de repo es indicativo del crecimiento general del mercado de la banca en la sombra (Gráfica 5). En segundo lugar, desempeñó un papel particularmente importante en la crisis: el boom de la vivienda de EE.UU. mencionado anteriormente, fue financiado en gran medida de esta manera. Por último, y quizás lo más importante, el mercado de repo y los mercados de MBS relacionados ilustran muy bien la complejidad de la banca en la sombra (Figura 3). Con cada paso del proceso, la verdadera calidad de la garantía subyacente se oscurece más y se incluyen más préstamos con cada enlace añadido a la cadena. Si bien, en teoría, esto diversifica el riesgo, también obstaculiza la evaluación de la calidad de las piezas individuales. El resultado de todo esto, por supuesto, es que cuando la confianza se erosiona, las estructuras se desmoronan, ya que los inversores no pueden evaluar el verdadero alcance de los riesgos involucrados en estas transacciones.

Figura 3: El Proceso del Sistema de la Banca en la Sombra

En general, se acepta que el sector bancario paralelo fue un determinante importante de la crisis financiera de 2008. Sin embargo, muchos discuten si Glass-Steagall habría reducido el crecimiento de la banca en la sombra y en consecuencia, la crisis financiera.

A nivel superficial, las actividades bancarias paralelas relacionadas con la crisis financiera no estaban prohibidas por la Ley Glass-Steagall ni eran pertinentes para ella. A medida que más actividades realizadas anteriormente en el sector de la banca comercial pasaron a este mercado paralelo, no regulado, surgieron comportamientos más riesgosos y bajaron los estándares de suscripción y préstamos. Pero fundamentalmente, estos nuevos mercados bancarios paralelos estaban fuera del alcance de Glass-Steagall y la Ley de Bancos. En todo caso, muchos argumentan que el verdadero culpable de la reglamentación fue la Ley de Modernización de Mercancía Futura del año 2000, la cual desreguló derivadas de libre comercio. Prohibirle a los reguladores restringir estas actividades envió un fuerte mensaje de “todo vale” a los mercados de derivadas.

Sin embargo, en un nivel más profundo, muchos cuestionan si la ausencia de Glass-Steagall permitió, indirectamente, que las bancas en la sombra se propagaran. Y, fundamentalmente, se trata de saber si el sector bancario comercial, utilizando sus depósitos de consumidores asegurados por la FDIC, financió el crecimiento del sector y si esto habría sido permitido bajo la Ley Glass-Steagall.

En una entrevista de enero de 2016, Bernie Sanders fue al ataque, “La secretaria Clinton dice que Glass-Steagall no habría evitado la crisis financiera porque los bancos en la sombra como AIG y Lehman Brothers, no los grandes bancos comerciales, eran los verdaderos culpables. Los bancos en la sombra apostaron de manera imprudente, pero ¿de dónde viene ese dinero? Vino de los depósitos bancarios de los grandes bancos comerciales asegurados por el gobierno federal—algo que habría sido prohibido bajo la Ley Glass-Steagall.” Warren Gunnels, asistente principal de Sanders, explicó: “Los bancos comerciales proporcionaron el financiamiento a los bancos en la sombra en forma de hipotecas, acuerdos de recompra y líneas de crédito. Además, los bancos comerciales desempeñaron un papel crucial como compradores y vendedores de valores respaldados por hipotecas, permutas de incumplimiento crediticio y otros derivados. Esto no habría ocurrido sin la dilución de Glass-Steagall en los años 80 y la derogación eventual de Glass-Steagall en 1999.”

El consenso general entre los expertos es que estas alegaciones son incorrectas. De acuerdo con Lawrence J. White, experto en regulación financiera de la Universidad de Nueva York, “Los bancos comerciales podrían haber hecho todas esas actividades en los años 60 o antes, incluso antes de que la Fed y las decisiones de la corte de la Oficina de Contralor y la Moneda comenzaran a aflojar las estructuras de Glass-Steagall.” Phillip Wallach, miembro de la Institución Brookings, añade que “el aumento de los valores respaldados por hipotecas no me parece inconsistente con Glass-Steagall.” Sin embargo, los bancos comerciales no eran completamente inocentes. Los bancos comerciales utilizaron el sistema bancario en la sombra para poder eliminar el riesgo de liquidez y de crédito de sus balances, transfiriéndolo fuera de la banca tradicional—riesgos que no fueron eliminados del sistema financiero. Sin embargo, probablemente estas actividades habrían sido permitidas bajo Glass-Steagall.

Con respecto a las menciones específicas de Sanders sobre Lehman Brothers y AIG, el FCIC concluyó que Lehman Brothers se basó principalmente en fuentes no bancarias de financiamiento, por lo tanto no se pone en peligro los depósitos. En cuanto a AIG, el cual eventualmente requirió un rescate federal de 180 billones de dólares, “se hicieron enormes ventas de permuta de incumplimiento crediticio sin poner una garantía inicial, dejar de lado las reservas de capital o cubrir su exposición—un gran fracaso en el gobierno corporativo”. La FCIC concluyó que esto fue posible debido a la desregulación de derivados, específicamente la ya mencionada Ley de Modernización de Mercancía Futura de 2000.

Aunque podríamos argumentar que los mercados de banca en la sombra eran el producto de un entorno desregulatorio, reforzado aún más por la derogación de Glass-Steagall, hablando de manera estricta, la ausencia de Glass-Steagall no puede considerarse una causa del crecimiento del mercado. Si la Ley Glass-Steagall hubiera estado en pleno vigor, su prohibición de afiliaciones comerciales y de banca de inversión no habría impedido la opaca transparencia en los riesgos de producto y los estados de pánico subsecuentes por parte de los inversionistas.

“Como Ícaro, nunca temieron volar cerca del sol”

Es difícil llegar a una conclusión definitiva sobre el impacto de la ausencia de Glass-Steagall en la crisis financiera. Los culpables y las causas de la crisis fueron muchos y variados, y destacar un factor sería simplificar la verdad. Dicho esto, el consenso general entre académicos y expertos en finanzas parece ser que la ausencia de Glass-Steagall probablemente no fue culpable de la crisis de 2008. Incluso Elizabeth Warren, campeona del renacimiento, reconoció que la crisis no se hubiese podido evitar incluso con Glass-Steagall. El ex secretario del Tesoro, Tim Geithner también descarta su papel en la crisis. Y Paul Krugman, un fuerte defensor de la regulación de los servicios financieros coincide: “La derogación de Glass-Steagall fue un error. Pero no causó la crisis financiera.” En última instancia, no podemos pasar por alto las conclusiones de la Comisión de Investigación de Crisis Financiera, una institución no partidista, cuyo informe de 500 páginas concluyó que “Ni la Ley de Reinversión de la Comunidad ni la eliminación del cortafuegos Glass-Steagall fue una causa significativa. La crisis se puede explicar sin recurrir a estos factores.”

Aun así, hay credibilidad en una causa indirectamente omitida de la ausencia de la Ley: la creación de una cultura en Wall Street, la cual es imprudente, arriesgada y centrada en los beneficios. De hecho, el Premio Nobel de la Economía Joseph Stiglitz incluye este cambio cultural como uno de sus cinco factores contribuyentes principales en la recesión: “La consecuencia más importante de la derogación de Glass-Steagall fue indirecta—estaba en la forma en que la revocación cambió toda una cultura […] La derogación de Glass-Steagall reunió a los bancos de inversión y comerciales, la cultura de los bancos de inversión salió a la cabeza, y hubo una demanda de altos retornos que sólo se obtendrían con un gran impulso y una gran toma de riesgos.”

Esta mentalidad y la cultura imprudente resultante, aunque intangibles, eran indudablemente reales. Como afirman algunos expertos, la cultura de la banca de inversión de toma de riesgo, centrarse en las ganancias a corto plazo y la privatización de los intereses de los clientes estaba en el corazón de la crisis—lo cual no pudo haber estado presente, o al menos habría sido minimizado, con Glass-Steagall. El informe FCIC lo resume muy bien “Los grandes bancos de inversión […] concentraron sus actividades cada vez más en actividades comerciales arriesgadas que produjeron fuertes ganancias […] Como Icarus, nunca temieron volar cerca del sol”.

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